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Asunción de la Virgen Marí­a

“Nos preguntamos: ¿qué da a nuestro camino, a nuestra vida, la Asunción de Marí­a? La primera respuesta es: en la Asunción vemos que en Dios hay espacio para el hombre; Dios mismo es la casa con muchas moradas de la que habla Jesús (cf.Jn 14, 2); Dios es la casa del hombre, en Dios hay espacio de Dios. Y Marí­a, uniéndose a Dios, unida a él, no se aleja de nosotros, no va a una galaxia desconocida; quien va a Dios, se acerca, porque Dios está cerca de todos nosotros, y Marí­a, unida a Dios, participa de la presencia de Dios, está muy cerca de nosotros, de cada uno de nosotros. Hay unas hermosas palabras de san Gregorio Magno sobre san Benito que podemos aplicar también a Marí­a: san Gregorio Magno dice que el corazón de san Benito se hizo tan grande que toda la creación podí­a entrar en él. Esto vale mucho más para Marí­a: Marí­a, unida totalmente a Dios, tiene un corazón tan grande que toda la creación puede entrar en él, y los ex-votos en todas las partes de la tierra lo demuestran. Marí­a está cerca, puede escuchar, puede ayudar, está cerca de todos nosotros. En Dios hay espacio para el hombre, y Dios está cerca, y Marí­a, unida a Dios, está muy cerca, tiene el corazón tan grande como el corazón de Dios”. (Benedicto XVI)

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