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Ntra. Sra. del Trabajo: “la Iglesia entre las casas”

El Arzobispo de Rosario, Mons. Eduardo Eliseo Martín, presidió el día 02 de marzo de este año 2019, la Santa Misa en la recientemente creada Parroquia “Ntra. Sra. del Trabajo” ubicada en el Barrio 7 de septiembre de la ciudad de Rosario (Decanato Oeste), en la cual inició su ministerio pastoral como Párroco, el Pbro. Marcelo Bertollo.

Participaron de la celebración el Pbro. Luis Ortega, Párroco de Cristo Rey, Parroquia de la cual nace la nueva Comunidad, el Vicario parroquial y algunos sacerdotes que ejercieron su ministerio tanto en la Parroquia “madre” como en la antigua Capilla dedicada a la Virgen del Trabajo.

El Pbro. Marcelo Porrini, Párroco de Espíritu Santo, fue el encargado de leer los decretos de erección canónica de la Parroquia y de designación del primer Párroco.

 

En su homilía, el Arzobispo de Rosario expresó:

Es bueno darte gracias Señor y cantar Dios altísimo tu nombre, proclamar tu amor por la mañana y tu fidelidad en la noche. (Salmo 92)

Un paso importante. Siempre debemos dar gracias a Dios. La liturgia nos dice: “es justo y necesario darte gracias Señor, siempre y en todo lugar”. Pero hoy de un modo especial, con mayor énfasis. Siempre tenemos que dar gracias pero hoy vivimos un acontecimiento histórico para esta comunidad de Ntra. Sra. del Trabajo: de la Parroquia Cristo Rey, se desprende, ha crecido esta hija, toma alas y vuela con vuelo propio. Sin dudas que esta Comunidad ya viene caminando hace varios años, pero ahora esta Comunidad ha alcanzado un grado de madurez, ha habido una necesidad y gracias a Dios tenemos un sacerdote para que la pueda guiar.

Por eso, agradezco al Padre Marcelo la pronta disponibilidad cuando le pedí este servicio entendiendo que siempre el desprendimiento de otra comunidad, la de Soldini, es un desgarro. Por eso se que lo hacés, Padre Marcelo con mucha generosidad y entrega.

La Comunidad de Cristo Rey primero dio una Parroquia, María Reina, que fue constituida, erigida canónicamente, el mismo día, el 22 de febrero de hace cinco años. Providencialmente las dos Parroquias han nacido el mismo día, en la Fiesta de la Cátedra del Apóstol Pedro. Los dos frutos maduros, de la comunidad madre, nacieron el mismo día: el árbol por los frutos se conoce, nos dice el Evangelio.

Esta Comunidad, es un fruto de la Parroquia Cristo Rey. Entonces de la mano del nuevo Párroco hay que caminar.

Por eso, de la segunda lectura, las palabras de Dios son providenciales:queridos hermanos, permanezcan firmes e inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Señor, con la certidumbre de que los esfuerzos que realizan (y los que realizarán agrego yo) por él no serán vano”.

Dios le dice a esta Comunidad de Ntra. Sra. del Trabajo que permanezcan firmes en esa certeza, que todas las obras de Dios prosperan. Todas las obras de Dios, en unión con Dios, son fecundas.

Por eso, yo les auguro esta nueva etapa llena de frutos, llena de fecundidad espiritual para toda esta barriada que ahora al tener un sacerdote permanente y autonomía pueden ser una presencia más significativa aún, con una atención pastoral continua, con nuevas energías y nuevos proyectos.

La palabra parroquia quiere decir, la iglesia entre las casas, la iglesia entre la gente. Es la Iglesia que está en el barrio. Nosotros, que somos la Iglesia, en el Barrio.

Con el Párroco que preside la fe y nos guía en la fe, debemos estar en el barrio. Nada puede hacer el sacerdote sin el pueblo de Dios que lo ayude a anunciar el Evangelio. Pero el Párroco es el que anima a la Comunidad y la lleva a los buenos pastos para que pueda conocer al Señor, su Palabra y la enseñanza. El Párroco preside el culto, los sacramentos porque por el orden sagrado y en nombre del Señor comunica la gracia de Dios. Este es el gran servicio sacerdotal: los sacramentos. A través de las manos del sacerdote tenemos los sacramentos.

Una comunidad debe unirse y reunirse alrededor de la Mesa presidida por el Párroco a celebrar la Eucaristía, cumbre y fuente de todo dinamismo de la vida parroquial. La Eucaristía nos convoca y de aquí nace todo ímpetu misionero, evangelizador, el espíritu de amor, de reconciliación.

El sacerdote también preside a la Comunidad en la caridad para que estén unidos. Por eso hay que evitar lo que no viene de Dios. Evitar las divisiones. Por eso hay que vivir al comunión de fe y amor.

Así, la comunidad unida en el amor es hermosa. Y las realidades hermosas atraen. Cuando hay divisiones, hay fealdad.  Y lo feo repugna. Lo hermoso atrae.

Como decía el Papa Benedicto la Iglesia obra por atracción: al ver una comunidad unida, en comunión con su párroco, trabajando en armonía con sus dones y carismas distintos, sabiéndose perdonar unos a otros, unida en el amor de Dios, se hace atractiva para los demás.

Entonces, insisto, una comunidad unida en el amor de Dios, se hace atractiva. La misión del sacerdote y la comunidad es esta: trabajar juntos para llevar a Jesús y atraer más fieles.

Auguro muchos frutos en esta nueva etapa y damos gracias a Dios por medio de la Virgen y que ella les de la gracia de crecer en número y en santidad y que Ella les de mucho “trabajo”, Ntra. Sra. del Trabajo. Que les de mucho “trabajo” como comunidad, que trabaje mucho esta comunidad para dar gloria a Dios y el bien a nuestros hermanos se haga más visible. ¡Demos gracias a Dios!”

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