Rosario celebró con fe la elección del Papa León XIV

El pasado 9 de mayo, la Catedral de Rosario fue el lugar elegido para una celebración eucarística en acción de gracias por la elección del Santo Padre León XIV, nuevo sucesor de Pedro. La Santa Misa fue presidida por nuestro Arzobispo, Mons. Eduardo Martín, acompañado por sacerdotes y fieles que se acercaron a orar por el inicio de este nuevo pontificado.

En su homilía, Monseñor Martín expresó el sentimiento compartido por muchos tras la partida del papa Francisco:

“Cuando nos enteramos del fallecimiento del papa Francisco, comenzamos a sentirnos extraños, huérfanos. Nos faltaba el pastor universal, el vicario de Cristo en la Tierra”.

Con alegría, nuestro pastor dio gracias a Dios por el nuevo Papa elegido por el Espíritu Santo a través del Colegio de Cardenales: León XIV, el cardenal Robert Francis Prevost.

“Un religioso agustino con alma latinoamericana”, dijo el arzobispo, recordando su paso por Perú y su cercanía con comunidades de Rosario y Buenos Aires.
“Un Papa nacido en Chicago, pero con el corazón sembrado en América Latina”, subrayó.

Monseñor Eduardo también destacó las primeras palabras del nuevo pontífice desde el balcón del Vaticano: “La paz esté con ustedes”, y valoró la elección del Evangelio de la confesión de Pedro como texto inaugural del nuevo pontificado.

“La misión de Pedro es custodiar esta fe: proclamar que Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios vivo”, explicó.

En un llamado claro a volver al centro de la fe cristiana, el arzobispo compartió el mensaje del nuevo Papa:

“No pongamos la esperanza en el poder, el dinero ni el éxito, sino en Jesucristo. El mundo lo desprecia, lo considera irrelevante, pero nosotros debemos custodiar y transmitir con alegría que Cristo es el Señor”.

Hacia el final de su reflexión, nuestro Arzobispo recordó que la Iglesia no se mide por su poder humano, sino por la santidad de sus miembros:

“La Iglesia es faro, arca y ciudad en lo alto de la montaña: su luz brilla cuando sus hijos viven el Evangelio con fidelidad”.

La celebración culminó con una oración a la Virgen María, confiándole el ministerio del nuevo Santo Padre y pidiendo la unidad de la Iglesia en esta nueva etapa.

“Que León XIV sea un pastor según el corazón de Cristo, que dé su vida por sus ovejas”, concluyó Monseñor Eduardo Martín.