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Disposiciones del Señor Arzobispo de Rosario ante el coronavirus

“Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente, dile al Señor: “Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza”. Él te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia; te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol.” Salmo 91, 1-6

Queridos sacerdotes: En el marco de la situación epidemiológica causada por el virus COVID – 19 (coronavirus), unidos a lo que las autoridades sanitarias vayan estipulando en el día a día y ante reiteradas consultas acerca de la realización de actividades pastorales ya previstas (encuentros /retiros/convivencias /talleres/seminarios, etc), se hacen llegar normas para dar curso a las mismas o posponerlas; teniendo en cuenta que los citadas normas estarán vigentes por 30 días, pudiendo ser prorrogadas o ampliadas según se desenvuelva la situación sanitaria, a criterio de lo que las autoridades competentes indiquen.

Asimismo, se adjuntan algunas disposiciones vinculadas al culto.

Pueden realizarse las actividades citadas programadas siempre y cuando no esté prevista la participación de más de 200 personas y que el ambiente donde se van a realizar las mismas tenga una capacidad para el doble de personas que se espera reunir (ej. si se estima que participarán cincuenta personas, el ambiente debe tener capacidad para cien).

La ventilación de ambientes cerrados, sobre todo en período invernal o de bajas temperaturas debe hacerse con regularidad para permitir el recambio de aire. En otras circunstancias y lugares se recomienda que se asegure el recambio de aire mediante la abertura de puertas y ventanas que produzcan circulación cruzada del mismo.

Evítese en las reuniones los saludos que no guarden la debida distancia social como así también el compartir el mate, extremando las precauciones, sin que ello vaya en desmedro de la alegría del encuentro y del afecto fraterno.

No participen de las mencionadas actividades pastorales, ni tampoco de las celebraciones litúrgicas, quienes a tenor de las disposiciones sanitarias vigentes deben permanecer aislados en sus domicilios cumpliendo la cuarentena preventiva obligatoria.

Los mayores de 65 años que laudablemente cumplan el aislamiento voluntario están dispensados del cumplimiento del precepto dominical.

Téngase presente la recomendación de distribuir la Sagrada Comunión en la mano, cumplimentando previamente el ministro las debidas normas de higiene; asimismo a los fieles que aun así manifiesten reparos que les generen problemas de conciencia, se les recordará que la obligatoriedad de recibir la Sagrada Comunión es sólo una vez al año en el tiempo pascual.

El día de viernes Santo, en la Adoración de la Cruz, utilícese la segunda forma propuesta en el Misal (cf. El sacerdote toma la cruz y, de pie ante el altar, invita al pueblo a que adore la Santa Cruz en silencio). Es necesario evitar todo tipo de contacto físico con cruces, medallas, escapularios… que ya hayan sido besadas por otros fieles, facilitando, además, una mayor rapidez que evite aglomeraciones innecesarias.

Permanezcan las iglesias, capillas y oratorios abiertos y en condiciones de higiene y desinfección, a fin de que los fieles puedan acercarse a orar por el cese de la epidemia, la salud de los afectados y el eterno descanso de los muertos a causa de ella.

Aprovéchese en este sentido la oración de los fieles en la Santa Misa, el rezo de Laudes y de Vísperas, el rezo del Santo Rosario y el recitado de la tradicional súplica a Nuestra Señora de Rosario.

Finalmente, a ustedes, los sacerdotes les pido que teniendo en cuenta las palabras del Papa Francisco que, sobre todo en esta circunstancia, actúen de tal modo “que el pueblo de Dios se sienta acompañado por los pastores y el consuelo de la Palabra de Dios, los sacramentos y la oración” (Homilía 13-III-2020).

En unión de oraciones.

Rosario, 13 de marzo de 2020.

+ Eduardo Eliseo Martín, Arzobispo de Rosario

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