VIRGEN DEL ROSARIO

SUPLICA A LA VIRGEN DEL ROSARIO

“Reina del Santísimo Rosa12096359_442873655912993_1246939366368332589_nrio, Dueña, Señora y Madre Nuestra!” Virgen de nuestros mayores. Tesoro de nuestras tradiciones. Fundadora de la ciudad, a la cual honraste con tu nombre, salvaste en la peste, protegiste en las sequías y escudaste contra los ataques de los enemigos.
Tú eres la gloria, la alegría y toda la honra de nuestros corazones. Bendice, Madre dulcísima, a todos los que te acompañamos como hijos y juramos como vasallos. Cobija bajo tu manto a la ciudad que fue toda tuya y será siempre la “Ilustre y fiel”; ilustre en la integridad de su fe y fiel en el cumplimiento de sus santos deberes.

Bendice a nuestra querida Arquidiócesis que se consagra enteramente a Vos. Estrecha sobre tu pecho nuestra bandera “azul y blanca”, para que sean siempre inmarcesibles sus triunfos. Guíanos a Cristo para que sea nuestra luz, nuestra verdad y nuestro camino hacia el eterno triunfo en la gloria.
Así sea.

Reina del Santísimo Rosario, nuestra Fundadora y Patrona: ¡Ruega por nosotros!

HISTORIA

El 15 de abril de 1730, don Bruno Mauricio de Zabala, gobernador del Río de la Plata, quien posee el honor de ser caballero de la orden de Calatrava, y tiene el cargo de teniente general de los ejércitos reales, eleva al cabildo eclesiástico de la diócesis de Buenos Aires, a cargo del gobierno diocesano desde fines del año 1729 por fallecimiento del obispo, una petición para que proceda a dividir en curatos o parroquias una buena parte de territorio de su gobernación comprendiendo también los territorios de la jurisdicción de Santa Fe y de Buenos Aires poniendo énfasis en la necesidad de la atención religiosa de estos pobladores porque carecen “del pasto espiritual”.

El 23 de octubre de 1730 el cabildo eclesiástico procede a la erección canónica del curato del Pago de los Arroyos comprendiendo a las poblaciones que se hallan situadas desde el río Carcarañá hasta el arroyo de la Cañada de las Hermanas y las que están en este Pago sobre la costa del Paraná. El límite oeste lo constituye la provincia de Córdoba.

Este sector rural de la nueva parroquia denominado Pago de los Arroyos se extiende desde el río Carcarañá hacia el sur. Toda esta extensión abarca las tierras bañadas por numerosos arroyos: Blanco, Ludueña, Saladillo, Frías, Arroyo Seco, Pavón, Villa Constitución, Arroyo del Medio, Ramallo y Las Hermanas.

Podemos decir que el territorio de este curato o parroquia es casi igual al territorio actual de la provincia eclesiástica de Rosario, es decir la jurisdicción territorial de las tres sedes episcopales que conforman la provincia eclesiástica de Rosario, vale decir, la arquidiócesis de Rosario conjuntamente con las diócesis de Venado Tuerto y San Nicolás, construido el capitán Domingo Gómez Recio en su estancia La Concepción.

A esta flamante sede parroquial se le entregan, por expreso mandato del cabildo eclesiástico de Buenos Aires, la imagen, los ornamentos y demás alhajas de la capilla Nuestra Señora del Rosario que se había desalojado del Salado, población al norte de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz.

El 17 de marzo de 1731 el cabildo eclesiástico procede a otorgarles “la colación y canónica jurisdicción”. De este modo el Pbro. Maestro Ambrosio de Alzugaray se constituye en el primer cura párroco del curato del Pago de los Arroyos. 

El primer cura párroco de este curato nace en la ciudad de Santa Fe de al Vera Cruz el 1 de abril de 1700 en el seno del matrimonio formado por el capitán Ambrosio de Alzugaray, quien fallece en 1720 en una refriega contra los indios abipones al defender el fuerte santafesino, y por doña Bartolina Gómez Recio, nieta del capitán Luis Romero de Pineda.

El joven Ambrosio de Alzugaray estudia en la famosa Universidad de la ciudad de Chuquisaca y recibe la ordenación presbiteral en esa ciudad en 1724. Es destinado como teniente cura o vicario parroquial de españoles y naturales en la ciudad de Santa Fe. Ya sacerdote se hace cargo de su madre y de sus hermanos.

El 7 de mayo de 1731 se hace cargo de la parroquia del Pago de los Arroyos siendo la primera autoridad con residencia fija en este Pago de los Arroyos. El día de la toma de posesión abre los tres libros reglamentarios: el libro de registros de bautismos, el libro de las actas de matrimonios y el libro de las defunciones. Se inicia de este modo el archivo de la iglesia parroquial.

Su madre le acompaña desde el primer día y fallece en la casa parroquial el 31 de agosto de 1733 recibiendo cristiana sepultura en la iglesia, sede de la nueva parroquia, previa celebración de la santa Misa de exequiasllamada también de cuerpo presentey se celebra una novena de Misas cantadas luego de su sepelio.

El Padre Alzugaray abre la primera escuela en Rosario y por lo tanto podemos decir la primera escuela parroquial. Al enseñar el catecismo necesariamente tiene que impartir conocimientos de lectura y escritura a los niños y a adolescentes que concurren a la catequesis en las humildes habitaciones contiguas a la iglesia parroquial.

La Cofradía de María Santísima del Rosario nace el 27 de abril de 1736 por iniciativas del cura párroco Ambrosio de Alzugaray. Esta asociación de fieles es la primera que se concreta en la parroquia y en el caserío que se va aglutinando alrededor de la sede parroquial. Podemos decir con claridad que ya en el transcurso de estos años la población, que se viene cobijando en torno a la imagen de Nuestra Señora del Rosario, toma el nombre “del Rosario”.

El maestro Ambrosio Alzugaray cumple con eficacia su oficio pastoral y cierra sus ojos el 21 de mayo de 1744 siendo sepultado también en la pequeña iglesia parroquial.

El Dr. Francisco de Cosio y Therán, segundo cura párroco, muy entusiasmado por tener la iglesia nueva encarga en la ciudad de Cádiz, del reino de España, una nueva imagen de la Virgen patrona. Pero desde 1766 ya no ejerce su oficio en esta parroquia del Rosario.

El 3 de mayo de 1773 llega a la aldea del Rosario la actual imagen de Nuestra Señora del Rosario. Es recibida por el Pbro. Dr. Miguel de Escudero, tercer cura párroco. La población alrededor de la iglesia parroquial cuenta unos trescientos habitantes.

La “primer imagen se pierde en la historia”, nos dice monseñor Nicolás Fasolino, obispo de Santa Fe, en una conferencia pronunciada en 1941.

Desde aquel lejano 3 de mayo de 1773 la pequeña y blanca imagen de la Reina y Señora del Paraná nos acompaña en todo el quehacer cotidiano. 

Pbro. Carlos Alberto Costa

Rosario, 27 de septiembre de 2007