Peregrinación Rosario – San Lorenzo: Homilía del Arzobispo
Mons. Eduardo Martín presidió la Santa Misa en la Parroquia San Lorenzo Mártir de de la localidad homónima con motivo de la Peregrinación Rosario – San Lorenzo que estaba prevista para este domingo 07 de junio con el lema “JOVEN, TOMA LA MANO DE MARÍA Y LEVANTE “.
Al no poder realizarse la misma, la imagen de la Virgen recorrió el trayecto que año a año realizan los peregrinos acompañada de algunos sacerdotes y fieles y cumpliendo las medidas sanitarias vigentes.
El Arzobispo, en su homilía expresó:
“Queridos hermanos y hermanas,
queridos jóvenes que nos siguen por las redes.
¡Llegamos a San Lorenzo! ¡Llegó la imagen de la Virgen del Rosario! Este año de un modo singular, raro, distinto, por esta pandemia que nos impide caminar físicamente juntos, pero lo hicimos espiritualmente con el deseo de peregrinar.
En ese peregrinar de la mano de la Virgen, ponemos nuestro corazón y nuestros deseos de paz, bien y solidaridad. Pienso también en el carácter vocacional que tiene esta peregrinación, que se inició, como un pedido a la Virgen por las vocaciones sacerdotales y nuestro Seminario arquidiocesano.
Nuestra vida, nuestro bien y nuestra felicidad están en Dios. No en otro lugar. Por eso, queridos jóvenes, es bueno redescubrir cada día para quién estamos hechos, por quién suspira nuestro corazón, qué es lo que en el fondo desea nuestro corazón – en el fondo de cada corazón humano, hay un deseo de plenitud, de felicidad -.
Hoy celebramos este misterio de la Santísima Trinidad, Dios Uno y Trino. Un Dios que con la sola inteligencia no podemos conocer plenamente. Pero Dios nos da a su Hijo amado y es por Él por quien se nos revela el misterio de Dios. Gracias a Él podemos acceder a ese conocimiento y participar de esa misma vida de Dios. La Trinidad, desde el día de nuestro bautismo, habita en nosotros. El Dios eterno e infinito está en nosotros. Se queda con nosotros. Este es el signo del amor inmenso de Dios por nosotros. Siendo pecadores, nos salva, nos busca, está con nosotros.
Vemos en el Libro del Éxodo como Moisés le pide a Dios que sea el Dios del Pueblo y los acompañe en el camino. Dios, sí, un Dios lento para el enojo y de gran misericordia. Vemos que el pueblo lo había traicionado y Dios los vuelve a llamar.
En Cristo nos une el amor. Por eso la misericordia, ese puente, está tendido hacia todos los hombres. En Jesús Dios tiende ese puente entre los hombres y Él. Sólo tenemos que animarnos a experimentar esa dulzura del amor de Dios por cada uno de nosotros.
El amor es lo que camina. Dios nos crea. Por Dios existimos. Y después del pecado, nos redime y lo hace con mayor amor. Con un amor más grande todavía, de locura por nosotros. Por eso envía a su Hijo, que se entrega.
Amor con amor se paga. Nuestra respuesta a ese amor infinito tiene que ser el amor. No hay otro camino para ser felices que no sea amando. Por eso, los invito a descubrir la propia vocación. La de todos es amar. Pero hay distintos modos de amar y alcanzar la santidad.
Por eso, hoy le pedimos a la Virgen por los chicos y las chicas que se ponen de novios, los que se preparan al Matrimonio, para que sean familias sólidas, santas vocaciones al matrimonio.
También le pedimos por las vocaciones a la virginidad. Esta es una vocación que es una entrega total a Dios, una entrega a Dios de forma no dividida. Esta es una señal del Reino de los Cielos, viviendo como Jesús vivió.
La vocación al sacerdocio. La Iglesia necesita santos sacerdotes que partan el pan, perdonen los pecados, prediquen la Palabra de Dios, guíen a los fieles para alcanzar la Santidad. Le pedimos a la Virgen del Rosario desde San Lorenzo por estas vocaciones.
Pedimos a Dios que nos ama que descubramos la vocación al amor, ya sea en el matrimonio, en la virginidad, en el sacerdocio.
María nos escucha y nos acompaña, y por eso le pedimos con fe. También le pedimos para que el mundo pueda conocer el amor de Dios, para que nuestras respuestas muestren a los demás el amor de Dios.
¡Ntra. Sra. del Rosario, Ruega por nosotros!“