CONVOCATORIA AL AÑO MARIANO ARQUIDIOCESANO
Queridos hermanos y hermanas:
Como Padre y Pastor de la querida Arquidiócesis de Rosario los convoco, por medio de esta carta, a vivir intensamente desde el 7 de octubre del presente año y hasta el 7 de octubre de 2023, un “Año Mariano Arquidiocesano”.
Motiva esta convocatoria el acontecimiento de la presencia de la sagrada y venerada imagen de la Ssma. Virgen María, bajo la advocación del Rosario, desde hace 250 años. Los invito a que hagamos memoria agradecida del don de la Virgen del Rosario que ha dado nombre a la Ciudad y a la Arquidiócesis, y que la reconoce como su Patrona y Fundadora. Ella, como Madre de Dios y Madre nuestra, nos acompaña en todas las circunstancias de nuestra vida personal, social y eclesial. Un año para hacer memoria y mantener vivas las raíces que hacen profunda nuestra identidad: Rosario, ciudad de María, nuestra Arquidiócesis, arquidiócesis de María.
El Año Mariano es un tiempo de gracia y de misericordia, que tanto necesitamos. Un año para pedir una verdadera y profunda conversión al Señor por medio de la Virgen.
El lema que nos acompañará a lo largo de este año reza: “Con María del Rosario misionamos por la paz”.
Los tiempos y realidades que vive nuestra ciudad y el territorio de la Arquidiócesis, enmarcados en el contexto del país, nos urgen a dirigir nuestros ojos a la Virgen del Rosario para implorar la paz. Paz para nuestra ciudad, paz para las familias, paz para todos los corazones.
Necesitamos vivir seguros y en paz en nuestra sociedad. Hay mucha sangre derramada, muchas familias destrozadas, muchos inocentes que han perdido la vida. Por eso, imploramos a la Virgen el don de la paz y nos comprometemos a ser instrumentos de esa paz que nos da el Señor, siendo misioneros por la paz.
Deseamos que, durante este año, la Virgen nos traiga la paz, que es Cristo mismo, el fruto bendito de su vientre. Que María alcance la paz a todas las familias, que el amor de María las mantenga unidas, especialmente a las que más sufren la pobreza y la indigencia, a las que cargan graves sufrimientos y enfermedades o aquellas que padecen el drama de las adicciones en su seno.
Sabemos que la paz es fruto de la justicia, por eso elevamos a la Virgen la súplica por una mayor justicia en nuestra sociedad, a fin de que se achique la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen.
Los invito también, en este año de gracia, a dirigir fervientemente nuestras oraciones a la Ssma. Virgen por las vocaciones: al matrimonio y la familia, a la vida consagrada y al sacerdocio. De un modo particular para que, por la intercesión de la Madre de Dios, el Señor nos conceda santas y abundantes vocaciones sacerdotales para el servicio del Pueblo de Dios, ya que la cosecha es abundante y los operarios son pocos.
En este Año Mariano, el Señor quiere derramar su gracia de un modo más abundante. Por eso, el Papa Francisco nos hace sentir su compañía concediéndonos el don de la indulgencia plenaria a lo largo de todo este año. La indulgencia es una invitación a la conversión del corazón y a experimentar de un modo abundante y generoso la infinita misericordia de Dios.
Hermanos y hermanas: desde su Santuario, la Virgen del Rosario nos espera, vayamos a ella; la Virgen nos convoca, acudamos a ella; la Virgen nos acompaña, tomémonos de su mano; la Virgen quiere entrar en nuestros hogares, como el discípulo amado, recibámosla en casa; ella quiere darnos la paz, que es su mismo Hijo Jesús: dejemos que entre en nuestros corazones y renueve nuestras vidas, nuestras familias, nuestra ciudad, nuestra arquidiócesis. Todo para la mayor gloria de Dios y el bien de nuestro Pueblo.
Rosario, 6 de octubre de 2022
Mons. Eduardo Martín
Arzobispo de Rosario