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EL AÑO MARIANO LLEGA A SU FIN…

“¡Dichosa, pues, nuestra gran familia rosarina, nacida y desarrollada en su vida religiosa, al calor de la devoción y con la protección de la Virgen del Rosario!”

Cardenal Antonio Caggiano

Hoy finaliza el AÑO MARIANO ARQUIDIOCESANO y esta bella frase del primer Obispo de Rosario, nos hace reflexionar y volver a nuestros orígenes.

Nuestra Ciudad nace bajo la protección de la Virgen del Rosario y crece alrededor de su amor.

Nuestra Arquidiócesis es creada bajo la protección de la Bienaventurada Virgen del Rosario.

Cada pueblo y cada ciudad de esta Iglesia que peregrina en Rosario está dedicado a la Virgen del Rosario, a esa “mujer única en la historia, la mujer más hermosa porque está llena del amor de Dios, la mujer más libre porque ha sido obediente y la mujer más fuerte porque ha perseverado en la voluntad de Dios”, como escribía Mons. Eduardo Martín.

¡Y esa es nuestra identidad! Rosario es Rosario por la Virgen. Dios lo quiso así, tenemos que estar agradecidos y siempre volver a pasar por el corazón esto: Dios está medio nuestro y nos dejó a su Madre como Fundadora y Patrona.

Por eso, San Juan Pablo II en 1987 nos decía que estaba emocionado por estar en este lugar “dedicado a la Santísima Virgen del Rosario, venerada en este lugar desde hace más de dos siglos”.

Si, la Virgen que nos reúne en nombre del Señor es nuestra Madre y Fundadora.

María nos acompaña y llevamos nuestras intenciones a Ella porque como nos decía el Papa Francisco en 2018 para el Encuentro Nacional de Jóvenes que se realizó en nuestra Ciudad:

María, es *“Madre de la cercanía y la ternura, Señora del corazón abierto y siempre disponible para ir al encuentro de quienes la necesitan, sea su maestra en el modelo de la vida de fe”.*

No son fáciles los tiempos que vivimos, pero con la ayuda del Señor Jesús y la maternal intercesión de la Virgen del Rosario, caminamos en la fe y la esperanza, porque como nos decía Mons. Eduardo Vicente Mirás: “María nos enseña cómo ser pacientes frente a las repetidas dificultades; cómo ser fuertes ante lo arduo de los problemas que enfrentamos; cómo ser solidarios y serviciales ante las necesidades de los otros; cómo disponernos a aceptar la voluntad de Dios en nuestra vida, cuando las cosas no salen como las planeamos”.   

Nuestro Arzobispo, una vez nos dijo: ¡Qué lindo poder celebrar juntos a la Virgen! ¡Estemos felices de tener a la Virgen como Patrona y fundadora de esta ciudad y Arquidiócesis!”

Si, qué lindo es tener una Madre que camina en medio nuestro para llevarnos a Jesús.

*¡Viva Jesús! ¡Viva la Virgen del Rosario!*

Juan J. Granado

Pastoral de la Comunicación

Arquidiócesis de Rosario

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