Homilía del domingo 4º Ordinario
Ven, sube a la montaña
Resumen:
Este Jesús es el nuevo Moisés, que sube a la montaña
y desde la montaña nos deja la Nueva Ley: Las Bienaventuranzas.
Leer Mateo 4, 25-5,12
1. Evangelios
Cuando nosotros en la misa leemos el Evangelio tenemos una actitud distinta de las otras partes de la Palabra. Cuando leemos las lecturas, la primera, el salmo y la segunda lectura, permanecemos sentados. Cuando leemos el Evangelio nos ponemos de pie y proclamamos allí como en una actitud militante, que es la Palabra de Jesús misma, del Señor. Y por eso, también decimos allí, quién es aquel que nos ha escrito esos textos, para que nosotros prestemos atención de dónde vienen también. Nosotros decimos: el Evangelio de San… Mateo (leemos hoy), San Marcos, San Lucas o de San Juan. Esto que parece simplemente un dato, es muy importante porque cada uno de estos que ha escrito los Evangelios, escribe con una mentalidad distinta, una forma distinta, en un tiempo distinto y también le escribe a gente, a un grupo de comunidades que tiene sus características.
2. Mateo
Este año vamos a seguir leyendo a Mateo, prácticamente durante todo el año, tenemos que tener algunas pistas. La primera de todas las pistas que tenemos que tener es que Mateo escribe a una comunidad cristiana que viene (en su mayoría) del Judaísmo. Es decir, que eran judíos y se convirtieron en cristianos. ¿Qué diferencia puede haber de una comunidad así a las otras? La comunidad Judía que se convierte al cristianismo conoce toda la historia de Israel, conoce la cultura de Israel, conoce las costumbres, conoce la liturgia, conoce todas las oraciones; o sea todo lo que constituía la Sabiduría del pueblo de Israel, que nosotros tenemos en el Antiguo Testamento. Todo eso, el Israelita que se hace cristiano, lo conocía. Por eso Mateo va a tomar muchas enseñanzas de Jesús y va a decir: Así se cumplió lo que estaba escrito (en el Antiguo Testamento), como profecía que se cumple.
3. Moisés
Y ustedes saben que hay alguien que no podían ignorar nunca los Israelitas porque era el gran personaje de todo el Antiguo Testamento, de la historia de Israel, e incluso hoy, los israelitas actuales tienen como su referente máximo. ¿Saben a quién nos estamos refiriendo? ¿Quién es el referente máximo del Pueblo de Israel? ¿Quién es? MOISÉS! ¿Por qué Moisés? Porque Moisés va a ser el que va a liberar a su pueblo de la esclavitud. Moisés va a ser aquel que va a acompañar al Pueblo de Dios por el desierto y lo va a llevar hasta la tierra prometida. Moisés va a ser aquel que en nombre de Dios va a realizar esta obra. Pero, también Moisés, y ahí está la otra parte importante, va a recibir de parte de Dios, lo que nosotros llamamos el decálogo (las diez palabras), los 10 mandamientos, que va a constituir la Alianza. Es decir, Dios va a liberar a su pueblo de la esclavitud y lo va a acompañar, pero el pueblo se compromete a vivir de una manera determinada: a vivir cumpliendo los mandamientos, a vivir cumpliendo la ley. Por eso, los mandamientos son para el pueblo de Israel, digamos así, el signo máximo de pertenencia al pueblo de Dios.
4. Nuevo Moisés
Mateo, que le escribe a los judíos, les va a decir más o menos esto: Jesús es el nuevo Moisés. Jesús es aquel que viene a liberar a su pueblo, así como hizo Moisés, lo libera de la esclavitud, viene a liberar a su pueblo definitivamente, y viene a liberarlo y su pueblo se va a comprometer con un nuevo estilo de vida. Así como Moisés sube al Monte y va a recibir allí las tablas de la ley, dice el texto hoy: Jesús sube al monte y desde allí enseña. Ya no recibe de Dios, sino que Él mismo va a decir cuales son las características de este nuevo pueblo de Dios. La Ley nueva, la Alianza nueva.
5. Salvador
Jesús, su mismo nombre lo indica: “el que viene a salvar”, “Yahveh salva”, es el Salvador; eso dice el nombre de Jesús. Nos viene a salvar y a traer un nuevo estilo de vida, y ese nuevo estilo de vida está allí puesto en estas palabras que escuchábamos. Por eso la importancia de las Bienaventuranzas. Las Bienaventuranzas son como los Mandamientos de la Antigua Alianza. Son los nuevos mandamientos de Dios, son la nueva ley.
6. Sube a la Montaña
Hay una canción que dice:
“Ven sube a la Montaña
a recibir la ley del Reino,
Jesús quiere grabarla
sobre tu corazón”.
Esta es la nueva ley del Reino.
7. Carta Magna
Las bienaventuranzas son la carta magna del cristianismo. ¿Saben uds. qué es una Carta Magna? ¿Escucharon hablar de una Carta Magna? Todas las naciones tienen una Carta Magna. Es la Constitución. Es decir, lo que Jesús va a dejar a su pueblo allí en las Bienaventuranzas es como la Constitución para un pueblo. Fíjense que cuando los legisladores se mandan alguna ley medio complicada, la oposición dice: “Es inconstitucional”. No está dentro del espíritu de nuestro pueblo. Eso quiere decir. El Espíritu del nuevo pueblo de Dios está allí, en las Bienaventuranzas.
8. El nuevo Pueblo de Dios
Por eso, este Mateo, judío, convertido al cristianismo, va a decir así: Este Jesús es el nuevo Moisés, que sube a la montaña y desde la montaña nos deja la Nueva Ley; porque nosotros somos el Nuevo Pueblo de Dios, que nos vamos a llamar “la Iglesia”. Así como el antiguo pueblo de Dios era Israel, que se regía por los Mandamientos, este nuevo pueblo de Dios va a tener como Carta Magna las Bienaventuranzas. Y como ley única (Jesús la va a dejar en la Última Cena), el Mandamiento Nuevo: “Ámense los unos a los otros, como Yo los he amado”, la ley del amor.
9. Opción de Dios
Así que fíjense que estamos ante un texto que es clave. En las Bienaventuranzas, Dios nos dice que hizo una opción. Y la opción de Dios es todo lo contrario de la que hacen los hombres. (Lo dice también la segunda lectura: “Hermanos, tengan en cuenta quiénes son los que son los llamados. No hay entre ustedes muchos sabios, hablando humanamente, ni son muchos los poderosos ni los nobles, al contrario, Dios eligió lo que el mundo tiene por necio para confundir a los sabios, lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes, lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así nadie podrá gloriarse delante de Dios”.
10. Los últimos
Por eso dice: “Felices los pobres, felices los que lloran, felices los perseguidos, felices los que trabajan por la paz, por la justicia, etc. Aquellos que el mundo mira y dice: “estos están locos”. “Estos no valen nada, estos son los últimos”. Los últimos, Dios opta por ellos. Y nos dice a nosotros, desde esta Constitución que son las Bienaventuranzas”: la felicidad pasa por ahí. Y nos deja a todos con la boca abierta. El mundo dice: “Felices los ricos”, felices los que tienen de todo, felices los egoístas, cuanto más egoísta sos más feliz vas a ser. Todo lo contrario. En esta nueva ley del Reino, Jesús nos muestra, nos dice con su voz y con su vida, por donde pasa lo del Reino de Dios. Por eso hoy se nos invita: “Ven sube a la montaña a recibir la ley del Reino. Jesús quiere que la tengamos grabada en nuestro corazón”
p. Juan José Gravet